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En esta sección compartiremos artículos de interés relacionados con la práctica del yoga así como consejos de alimentación, recetas ayurvédicas o filosofía yóguicaConsejos para empezar a meditar

Ahora que disciplinas orientales como el yoga o el taichi se han puesto de moda, muchas personas quieren empezar a meditar para sentirse mejor consigo mismas. Se trata de una práctica muy recomendable, que nos libera de nuestros problemas del día a día y nos permite conectar con nuestro yo interior.
Hoy queremos darte algunos consejos para empezar a meditar en casa o en nuestro centro. Si quieres conocer más sobre lo que ofrecemos, contacta con nosotros y estaremos encantados de ayudarte. Ahora, toma nota de las siguientes ideas para dar un paso más en tu relajación y tu gestión del estrés.
Cómo empezar a meditar
El estado de salud
Lo esencial para empezar a meditar es gozar de buena salud. Los dolores musculares, la fiebre o el malestar general pueden dificultarte mucho esta práctica, incluso desconcentrarte por momentos. A pesar de que haya personas que utilicen la meditación para calmar sus dolores, debes tener cierta práctica para poder controlarlos, y no será fácil de inicio.
El hambre, la sed o el sueño también nos complicarán la meditación, ya que debemos estar en total relajación. Se recomienda no meditar en las dos horas siguientes de la comida, pues también puede incomodarnos a la hora de focalizar nuestra atención.
La actitud frente a la meditación
El importante sentir verdadera motivación y alegría cuando queramos empezar a meditar. Lanzarnos a esta disciplina con la mente relajada y abierta, contemplativos, siendo capaces de ver todo con claridad y perspectiva. Las prácticas de meditación no son buenas ni malas, solo son un viaje.
También debemos cultivar la paciencia y la perseverancia. No encontraremos resultados milagrosos ni cambios repentinos, sino que el trabajo constante será el que dé sus frutos. Dedícale el tiempo que desees, sin imposiciones, pero con tu atención plenamente en el ejercicio de la meditación. Nada de ruidos externos ni pensamientos pasajeros.
Lo recomendable para quienes quieren empezar a meditar es hacer sesiones de unos diez o quince minutos. Esto será suficiente para ir creando un hábito al que acogernos poco a poco. Una vez hayas logrado realizar estos ejercicios de manera adecuada, constante y sin sentirte cansado o desconectar, podrás pasar a sesiones más largas y con mayor carga mental.
Un lugar para meditar
Aunque practiquemos la meditación en casa, es importante que busquemos un lugar que nos aleje ligeramente de las actividades cotidianas. Los ruidos de tu familia, el teléfono móvil o tu lugar de trabajo no deben interferir en tu práctica cuando quieras empezar a meditar.
Te recomendamos que utilices una luz tenue que no moleste, además de regular la temperatura de una manera que te sea agradable. Si tienes opción de meditar fuera de casa, como en nuestro centro, sentirás la energía del grupo y el silencio de todos. Cuando varias personas tienen un objetivo común, todas fluyen hacia ese lugar con mayor motivación.
La postura corporal
Como puedes intuir, la postura es un elemento clave si vas a empezar a meditar. Conocer los movimientos que puedes realizar y cómo reacciona tu cuerpo frente a ellos te permitirá conocer a fondo tus límites y tus posibilidades. Trabaja con tu energía para sentir estos flujos y encontrar tu mejor postura.
Para personas principiantes y con poca flexibilidad, se puede comenzar la meditación en una silla o unos banquitos apropiados para la práctica. Otras personas más experimentadas pueden adoptar posturas como el siddhasana o el virasana para controlar este equilibrio de energías del organismo.
Las piernas, la base de nuestra postura, deben estar estables, y nuestra espalda erguida. Cuando vayas a empezar a meditar, presta también atención a tu frente, a tu lengua y a tu boca. Pasamos gran parte del día con estas zonas tensas y el ceño fruncido. Relájalas, reposa tus manos sobre los muslos y comienza la práctica.
El control de la respiración
Una correcta respiración durante la meditación se consigue a través de la respiración abdominal. Cuando alguien está nervioso o agitado, suele realizar esta respiración desde más arriba, en el pecho; mientras que cuando estamos cansados y bajos de energía lo hacemos desde las costillas.
Al empezar a meditar te darás cuenta de que a veces respiramos mal, por lo que debes evitar esto. Hazlo de forma suave y calmada, por la nariz y desde el diafragma. Con un ritmo tranquilo, llena completamente los pulmones y suelta el aire con la misma calma. Poco a poco, despréndete de la respiración y deja que funcione de manera autónoma, sin intervenir en ella.
Un maestro como guía
Por último, te recomendamos que tomes un maestro si vas a empezar a meditar. En Centre Naam encontrarás a personas que pueden ayudarte a seguir este camino, y con su experiencia te guiarán hasta que encuentres tu mejor versión.
25005, Lleida
Tfno: 973100619 / 667445964
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